Mudanzas y planes
Me vuelvo a mudar. Este es mi nuevo plan de futuro.
Es la tercera vez en tres meses que cambio de piso, pero esta será la definitiva. Aunque también pensé eso la última vez, sé que ahora será diferente porque voy a buscar a conciencia, el mejor piso para mi. Que me espere que voy.
Y es que la primera vez vivía en algo parecido al Bronx y esta última pues más de lo mismo. Lo que ocurre es que aquí no hay carteles en los barrios, se podría esperar algo así como un cartel enorme en el que se leyese "Está usted en una de las zonas más conflictivas de Dublín, agárrese los pantalones y que sea lo que dios quiera". En su lugar hay un parquecito con varios columpios y la estatua de una virgen empotrada en la fachada de uno de los pisos, el mio. Aquí la santería se lleva mucho, y no digo más.
Ahora ya conozco más o menos las zonas, además compartiré piso con una amiga irlandesa que se preocupa de encontrar la mejor zona; una de esas en las que no se oyen alarmas de casas o sirenas de ambulancias por las noches.
Ahora me voy a casa, a la cama, a esperar a mi sirena de medianoche. Mientras, una mujer algo anticuada en el vestir y con cara de alcanzar el éxtasis va velando por mi en una fachada encabezada por dos puertas; una verde, otra roja.
A mi no me parece un mal plan para una noche de martes.